¿Por qué me estoy oxidando?

¿Por qué me estoy oxidando?

Escrito el 06/05/2019
Apóstol Eduardo Ojeda


¿Por qué me estoy oxidando?

 

¿Qué es el óxido? 

El óxido de hierro es un cristal negro o polvo marrón rojizo. El óxido de hierro figura en la lista de substancias peligrosas, ¡ten cuidado!

Te estás oxidando debido a la exposición climática espiritual a la que todos somos expuestos en el mundo espiritual. El Apóstol Pablo en Efesios 6:12 nos habla, que no peleamos con lo que vemos sino con lo que no vemos. Sino estás bien lubricado con el aceite de la Persona del Espíritu Santo, podrías entrar en una etapa de corrosión y oxidación. Esto te llevaría a la muerte espiritual no solo de tu vida, sino también de aquellas personas que son las más cercanas. 


Así que te aconsejo que de mí compres oro —un oro purificado por fuego— y entonces serás rico. Compra también ropas blancas de mí, así no tendrás vergüenza por tu desnudez, y compra ungüento para tus ojos, para que así puedas ver. (Apocalipsis 3:18 NTV)

 

¿Qué hace que nos oxidemos espiritualmente? 

Una de las cosas que lo causan es el exponernos a la incredulidad, confort, y distracción espiritual. 

a) El mal alimentarnos de la Palabra de Dios. 

- Están en lugares donde no se los alimentan, por ende, su crecimiento es enfermizo.

Como bebés recién nacidos, deseen con ganas la leche espiritual pura para que crezcan a una experiencia plena de la salvación. Pidan a gritos ese alimento nutritivo. (1 Pedro 2:2 NTV)

 

b) Tienen falta de ejercitación de la Palabra de Dios. - No ponen en práctica el perdón, amar, interesarse e ir por los perdidos.

Como pueden ver, la fe por sí sola no es suficiente. A menos que produzca buenas acciones, está muerta y es inútil.

18 Ahora bien, alguien podría argumentar: «Algunas personas tienen fe; otras, buenas acciones». Pero yo les digo: «¿Cómo me mostrarás tu fe si no haces buenas acciones? Yo les mostraré mi fe con mis buenas acciones». (Santiago 2:17-18 NTV)

 

c) Estrés físico y desequilibrio espiritual. 

- De tanto oír enseñanzas erróneas, consultar a las pitonisas, a las tradiciones, prácticas de ocultismo, etc., el diablo los arrastra de un lugar a otro. No tienen dirección ni guía.

Evita las conversaciones inútiles y necias, que solo llevan a una conducta cada vez más mundana. 17 Este tipo de conversaciones se extienden como el cáncer, así como en el caso de Himeneo y Fileto.18 Ellos han abandonado el camino de la verdad al afirmar que la resurrección de los muertos ya ocurrió; de esa manera, desviaron de la fe a algunas personas. (2 Timoteo 2:16-18 NTV)

 

d) Exposición a gente incrédula y a gente que habla de Dios pero no tuvo jamás un encuentro con Jesús. - Aquí es cuando para no quedar mal con nuestros seres queridos o amigos hacemos, decimos o pensamos cosas que a Dios no le agrada.

Entonces Pedro le dijo: Que tu plata perezca contigo, porque pensaste que podías obtener el don de Dios con dinero. 21 No tienes parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. (Hechos 8:20-21 RVR1960)

 

e) Consumo de “medicamentos vencidos”. 

- Aquí es cuando oímos tantos programas de radio o televisión con enseñanzas que nos agradan a nosotros, pero que desagradan a Dios. Ejemplos: “El diezmo era para el Antiguo Testamento”, “no se debe hablar en lenguas”, “no es malo visitar un adivino”, “Halloween es un día para divertirnos”, etc.  

Ahora bien, el Espíritu Santo nos dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe verdadera; seguirán espíritus engañosos y enseñanzas que provienen de demonios. (1 Timoteo 4:1 NTV)

 

f) ¿Qué debemos hacer para salirnos de la etapa de la oxidación? 

 

Debemos volvernos a Dios, buscar una iglesia que sea Cristo céntrica, que esté más cerca de la cruz que de nuestra casa. Mucha gente congrega en cualquier lugar, sólo porque la iglesia está cerca de su casa. Bueno, lamento decirte que si quieres dejar de ser un cristiano oxidado debes buscar una iglesia que anuncie que Jesús vino como siervo y vuelve como Rey, que tú eres un embajador de Cristo; que no eres uno más del montón, sino que hay muchas personas que están esperando que les compartas lo que Dios hizo en tu vida. ¿A cuántos le has hecho Invasión del Amor de Dios?

 

¡Ve y cuenta a todos los que te rodean y a los que encuentres en el camino lo que Jesús de Nazaret ha hecho contigo! 

 

Y el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le dejase estar con él; pero Jesús le despidió, diciendo: 

39 Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él. (Lucas 8:38-39 RVR1960)