Alguien te está esperando, ¿lo sabías?
Jamás olvidaré a Esteban Pérez, un compañero de la escuela secundaria en mi amada Argentina. Ahora sé que Dios colocó a este joven en mi camino… sino, me hubiera suicidado. Ahora sé que soy deudor a Dios primero, pero también a la tarea de evangelizar a los que Dios prepara su corazón y me están esperando. Creo sin lugar a dudas que Esteban sabía que alguien como yo lo estaba esperando en una cita única, que cambiaría el rumbo de la muerte que tenía dentro mío por causa de la depresión y del dolor en mi corazón debido a los golpes de la vida.
¡Jesús cambio todas mis dolencias del alma por una vida maravillosa de libertad! Luego me regaló a mi esposa Sussy y a mis hijos Stephanie y Allan Ojeda.
Lo que cada uno debemos saber, es que somos embajadores del Reino de Dios en Jesús. “Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: «¡Vuelvan a Dios!»”. (2 Corintios 5:20 NTV)
Cuando nos ponemos a buscar en la retina de nuestra memoria todos nos encontraremos con el hermoso recuerdo de un rostro… el de esa persona que nos supo esperar con una misión, para presentarnos el Evangelio de Cristo. ¿Lo recuerdas verdad? La Biblia nos muestra una y otra vez de las personas que fueron alcanzadas por Dios con la misión, que ellos también alcanzarán a otros.
Veamos juntos algunos ejemplos bíblicos, que nos ayudarán a retomar la tarea de evangelizar a otros.
Los que creyeron lo que Pedro dijo fueron bautizados y sumados a la iglesia en ese mismo día, como tres mil en total. (Hechos 2:41-42 NTV)
Y cada día, en el templo y casa por casa, seguían enseñando y predicando este mensaje: «Jesús es el Mesías». (Hechos 5:42 NTV)
Cabe rescatar que todas estas personas llegaban a Jesús porque los que habían creído primero estaban en el lugar correcto: en “el campo de la evangelización”.
¿Estás listo para sumarte a “Invasión del amor de Dios”? No es la tarea de uno, sino de todos.
Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. 20 Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos». (Mateo 28:19-20 NTV)
Aquí hay una expresión clave del Señor Jesús a su iglesia:“ Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer…”, esto indica, que para que haya convertidos se necesita de gente que haya tenido un encuentro personal con Jesús y que ame la tarea de compartirles a otros el poderoso evangelio de Nuestro Señor. Contándoles a sus amigos, parientes y vecinos lo que Jesús hizo en ellos.
Alguien los estaba esperando:
1) El Etíope esperaba a Felipe (Hechos 8:30-31).
Felipe se acercó corriendo y oyó que el hombre leía al profeta Isaías. Felipe le preguntó:
—¿Entiendes lo que estás leyendo?
31 El hombre contestó:
—¿Y cómo puedo entenderlo, a menos que alguien me explique?
Y le rogó a Felipe que subiera al carruaje y se sentara junto a él.
2) Cornelio, sus parientes y sus vecinos esperaban a Pedro.
Llegaron a Cesarea al día siguiente. Cornelio los estaba esperando y había reunido a sus parientes y amigos cercanos. (Hechos 10:24 NTV)
3) El hombre de Macedonia esperaba a Pablo.
Esa noche Pablo tuvo una visión. Puesto de pie, un hombre de Macedonia —al norte de Grecia— le rogaba: «¡Ven aquí a Macedonia y ayúdanos!». 10 Entonces decidimos salir de inmediato hacia Macedonia, después de haber llegado a la conclusión de que Dios nos llamaba a predicar la Buena Noticia allí. (Hechos 16:9-10 NTV)
Mis queridos hermanos en Cristo, quizás nadie se tomó el tiempo de enseñarte, pero cuando un cristiano deja de predicar y ganar almas para Cristo, esa es una de las señales que está dormido espiritualmente o quizás muerto. No basta sólo con conocer al Señor y congregarnos, ese no es el Evangelio de Cristo por el cual Él murió y resucitó.
Recordemos lo que nos dice el Ap. Pablo:
Sin embargo, predicar la Buena Noticia no es algo de lo que pueda jactarme. Estoy obligado por Dios a hacerlo. ¡Qué terrible sería para mí si no predicara la Buena Noticia! (1 Corintios 9:16 NTV)
Ora al Padre Celestial en el nombre de Jesús, pidiendo ayuda al Espíritu Santo para que te direccione a quién habrás de predicarle. No dejes que pase un solo días más sin dar a conocer al Cristo de la Gloria que mora en tu corazón. Busca ahora mismo un vecino para presentarle a Jesús y llevarlo a tu iglesia local.
Recuerda: ¡alguien te está esperando!
Que tengas una semana celestial. Te bendigo en el cuerpo, en el alma y espíritu para que estés libre, sano, pleno, prospero, y ganes muchas almas para Cristo.
¡Abrazos de oso!
-Ap. E. Ojeda.
Gracias por prestarme de su tiempo. Espero que este devocional sea de bendición en su vida, familia y seres amados.
Será hasta la próxima semana. No deje de compartirlo con sus seres amados. Baje ahora mismo la aplicación “Jesús es el Camino”, está disponible para todos los dispositivos móviles. Si quiere ser parte de esta bendición y sumarse a nuestro ministerio para seguir expandiendo el Reino de Dios, puede enviarnos una ofrenda por la aplicación o a nuestro apartado postal.
¡Dios multiplique su semilla mil veces más!
Recuerden lo siguiente: un agricultor que siembra solo unas cuantas semillas obtendrá una cosecha pequeña. Pero el que siembra abundantemente obtendrá una cosecha abundante. (2 Corintios 9:6 NTV)
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